¡Pues se acabó! Terminado el curso. Ya no hay deberes ni exámenes ni trabajos que presentar. Fin de las horas de estudio en clase y en casa. Elaprendizaje requiere esfuerzo, pero la emoción de aprender lo merece.
Y el aprendizaje académico modifica el cerebro. No es igual la estructura cerebral de quien sabe leer y lee mucho que la del analfabeto. Tampoco de quien domina las matemáticas que la del que no sabe multiplicar.
Hay un momento mágico que me parece revelador. Observar a un niño que está aprendiendo a juntar las letras y ver su cara de felicidad cuando tras deletrear “c-a-s-a” comprende que se trata de una casa, de la idea de una casa. Un mundo nuevo se abre ante él y si sigue adentrándose en la lectura, nadie podrá parar su transformación. Es maravilloso, ¿no creéis?
Pero ¿cómo sucede el aprendizaje de la lectura? El conocimiento matemático ¿modifica el cerebro? Eso voy a tratar de explicar en esta entrada.
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