Se prevé que en el 2020 la depresión sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado. Pueden pasar semanas e incluso años antes de que la persona acepte la enfermedad y aprenda a vivir con ella. Se recomienda buscar ayuda
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a las enfermedades crónicas como aquellas patologías de larga duración y progresión lenta, ante las cuales hay que cambiar el estilo de vida para mejorar la condición. Entre las diversas afecciones que conforman este grupo destacan la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas y respiratorias.
El hecho de padecer un trastorno permanente no significa tener una enfermedad grave o que puede poner en peligro la vida de una persona, aunque algunas enfermedades, como el cáncer y el sida, lo pueden hacer.
Nora Pulgar, psicóloga y docente en la Universidad Rafael Urdaneta (URU), explica que la mayoría de las personas que padecen enfermedades crónicas, no sólo se ven afectadas físicamente, sino también emocional, social y a veces, incluso, económicamente.
“Aceptar y adaptarse a la realidad de padecer una enfermedad a largo plazo es el paso mas importante pero requiere tiempo. Los que están dispuestos a conocer su enfermedad, buscar y aceptar el apoyo de los demás generalmente superan con éxito el proceso de afrontamiento”.
La forma en la que influye una enfermedad crónica depende de lo que padezca el paciente,cómo repercute sobre su cuerpo, la gravedad y el tipo de tratamientos que requiere. Es posible que se sienta triste debido a que está enfrentando una enfermedad que podría acortar su vida.
Para estar atentos
En algunos casos los medicamentos utilizados para los tratamientos pueden provocar depresión o empeorarla. Cuando el paciente empieza a visualizar los signos físicos de la enfermedad esto le provoca depresión, llanto, falta de sueño e irritabilidad, lo que es necesario convertir en pensamientos constructivos.
“Lo mas importantes es cambiar el esquema de vida del paciente. Que se condicione y se adapte para que pueda llevar una vida normal con un padecimiento que lo acompañará por mucho tiempo”.
Existen beneficios psicológicos producto de la motivación que genera la actividad física. En el cuerpo están presentes diversas hormonas, llamadas neurotransmisores, que son responsables de las emociones y que se producen en gran medida por la práctica de alguna disciplina deportiva o técnica de entrenamiento.
“La felicidad es un estado que propicia la paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que nos estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría. Todos hemos sentido la adrenalina, serotonina y a las endorfinas actuar sobre nuestro cuerpo en algún momento, y es hora que aprendamos a disfrutar conscientemente de los beneficios que éstas representan en nuestra vida diaria”
Apoyo emocional
La ayuda psicológica y la compañía familiar son el eje principal para la evolución favorable de las enfermedades crónicas. La comunicación con los miembros de la familia debe ser más sincera, afectuosa, incidiendo en señalar que el paciente no representa una carga para ellos.
En cifras
Entre un 35-40 por ciento de los pacientes con enfermedades crónicas se deprimen, lo cual debe ser evaluado por los médicos para realizar el diagnóstico. Se espera que en el 2020 la depresión sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado.
El hecho de padecer un trastorno permanente no significa tener una enfermedad grave o que puede poner en peligro la vida de una persona, aunque algunas enfermedades, como el cáncer y el sida, lo pueden hacer.
Nora Pulgar, psicóloga y docente en la Universidad Rafael Urdaneta (URU), explica que la mayoría de las personas que padecen enfermedades crónicas, no sólo se ven afectadas físicamente, sino también emocional, social y a veces, incluso, económicamente.
“Aceptar y adaptarse a la realidad de padecer una enfermedad a largo plazo es el paso mas importante pero requiere tiempo. Los que están dispuestos a conocer su enfermedad, buscar y aceptar el apoyo de los demás generalmente superan con éxito el proceso de afrontamiento”.
La forma en la que influye una enfermedad crónica depende de lo que padezca el paciente,cómo repercute sobre su cuerpo, la gravedad y el tipo de tratamientos que requiere. Es posible que se sienta triste debido a que está enfrentando una enfermedad que podría acortar su vida.
Para estar atentos
En algunos casos los medicamentos utilizados para los tratamientos pueden provocar depresión o empeorarla. Cuando el paciente empieza a visualizar los signos físicos de la enfermedad esto le provoca depresión, llanto, falta de sueño e irritabilidad, lo que es necesario convertir en pensamientos constructivos.
“Lo mas importantes es cambiar el esquema de vida del paciente. Que se condicione y se adapte para que pueda llevar una vida normal con un padecimiento que lo acompañará por mucho tiempo”.
Existen beneficios psicológicos producto de la motivación que genera la actividad física. En el cuerpo están presentes diversas hormonas, llamadas neurotransmisores, que son responsables de las emociones y que se producen en gran medida por la práctica de alguna disciplina deportiva o técnica de entrenamiento.
“La felicidad es un estado que propicia la paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que nos estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría. Todos hemos sentido la adrenalina, serotonina y a las endorfinas actuar sobre nuestro cuerpo en algún momento, y es hora que aprendamos a disfrutar conscientemente de los beneficios que éstas representan en nuestra vida diaria”
Apoyo emocional
La ayuda psicológica y la compañía familiar son el eje principal para la evolución favorable de las enfermedades crónicas. La comunicación con los miembros de la familia debe ser más sincera, afectuosa, incidiendo en señalar que el paciente no representa una carga para ellos.
En cifras
Entre un 35-40 por ciento de los pacientes con enfermedades crónicas se deprimen, lo cual debe ser evaluado por los médicos para realizar el diagnóstico. Se espera que en el 2020 la depresión sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado.
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